Museu de Ciències Naturals de Barcelona

Invertebrados no artrópodos

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El concepto de invertebrados no-artrópodos no tiene sentido biológico sino que responde a necesidades organizativas que tienen tradición en museos así como en instituciones académicas. El Departamento de Invertebrados no-Artrópodos del Museo reúne cerca de 100.000 muestras de una amplísima diversidad de tipos biológicos de origen evolutivo muy diverso: esponjas, corales, moluscos, gusanos de todo tipo, estrellas de mar, además de medusas y erizos de mar, entre otros. Las muestras conservadas varían en su presentación: esqueletos de invertebrados en seco, ejemplares en líquido conservante, preparaciones microscópicas, etc.

Se pueden consultar siguiendo un formulario de búsqueda o navegando por una selección gráfica. Entre los ejemplares de mayor valor científico se cuentan más de 300 registros correspondientes a ejemplares tipo y materiales depositados de conformidad con el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica para ser testigos de nuevas especies o subespecies descritas. Los tipos del Museo se pueden consultar en una web específica.

  • Fondo de la colección
  • Fuentes de ingreso
  • Preparación y conservación
  • Moluscos (caracoles, mejillones, pulpos, etc.)

    Es la colección más numerosa, con casi 90.000 registros, de este departamento. Se preservan muestras de moluscos continentales y marinos. Está formada por material de estudio, básicamente conquiliológico (de conchas) pero con una creciente representación de muestras en líquido preservante. Es el resultado de una prospección amplia, continuada y profunda de diferentes localizaciones, realizada por investigadores de la talla de Artur Bofill, Joan B. Aguilar-Amat, Friedrich Haas y Carles Altimira, entre otros. A partir de la colección fundacional de Francesc Martorell, las colecciones de Joan Rosals, Baltasar Serradell y, más recientemente, Luis Gasull y Miquel Bech, han supuesto incrementos significativos de los fondos malacológicos del museo.

    La colección de moluscos reúne unos 85.000 ejemplares o lotes de ejemplares. Además de moluscos terrestres y de agua dulce procedentes principalmente de Cataluña, Baleares, Valencia, el norte de África y la península ibérica, contiene también muestras de moluscos marinos del Mediterráneo y de otros mares lejanos. La procedencia de otras representaciones menores se distribuye por todo el planeta. Algunas de las muestras conservadas tienen el valor de ser especímenes típicos, empleados en la descripción de nuevas especies.

  • Cnidarios (corales, medusas, etc.)

    Casi 1.000 registros constituyen la colección de cnidarios que se conservan en seco y en líquido preservante. Se ha compilado a partir de muestras antiguas ingresadas por Josep Maluquer a principios del año 1917. En 2012 se recibió la donación de sendas colecciones creadas a raíz de proyectos de investigación.  El Dr. Josep M. Gili, del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC), y el Dr. Pablo J. González, de la Universidad de Sevilla, donaron en conjunto más de 600 muestras que han permitido reunir una representación de unas 450 especies de cnidarios en el Museo. También contiene ejemplares tipo.

  • Anélidos (lombrices de tierra, sanguijuelas, poliquetos, etc.)

    Se trata esencialmente de una colección de muestras conservadas en líquido. Casi 400 registros que reconocen unas 40 especies, distribuidos por Cataluña, la península Ibérica, las islas Baleares y el norte de África. Una parte significativa de la colección proviene de recolecciones realizadas en el curso de investigaciones bioespeleológicas.

  • Equinodermos (erizos de mar, estrellas de mar, pepinos y lirios de mar)

    Una colección que se inició con donaciones de la Real Academia de Artes y Ciencias de Barcelona, combinadas con el fondo fundacional del Museo donado por Francesc Martorell y otros ingresos como la colección de Baltasar Serradell. Las muestras conservadas en alcohol provienen básicamente de la Estación Zoológica de Nápoles y de la Estación de Biología Marítima de Santander. Se conservan más de 200 lotes correspondientes a más de 40 especies, básicamente del Mediterráneo.

  • Briozoos (animales musgo)

    Lo que había sido una colección residual se ha convertido en un grupo biológico destacado en los fondos del Museo. El año 2013 se ingresaron las muestras de las colecciones de investigación creadas por el Dr. Mikel Zabala, de la Universidad de Barcelona, y la Dra. Teresa Madurell, del Instituto de Ciencias del Mar. Como resultado de ello, un centenar de muestras orgánicas y las correspondientes series fotográficas permiten dotar a la colección actual de briozoos del Museo de un carácter marcado por su representación de la diversidad del Mediterráneo. Incluye ejemplares tipo.

  • Poríferos (esponjas)

    El Museo cuenta con una representación, todavía pequeña, de esponjas del Mediterráneo, más algunas muestras exóticas. Un centenar de muestras para ilustrar la fauna mediterránea con representación de unas 20 especies.

  • Platelmintos (gusanos planos)

    Más de 60 muestras para poco más de una docena de especies, la mayoría de ellas parásitas, configuran una colección alimentada a menudo por ingresos de ejemplares tipo de nuevas especies descritas.

  • Resto de colecciones

    El resto de colecciones de este departamento constituye un fondo más pequeño en volumen, pero que se está incrementando gracias al ingreso de colecciones de investigación. Un centenar más de muestras están distribuidas entre varios grupos zoológicos: 10 fílums. Pueden mencionarse las colecciones de braquiópodos (poco más de 50 registros) y de nematodos (unos 40 registros) como las más numerosas entre las minoritarias en el Departamento de Invertebrados no-Artrópodos.

La procedencia de las colecciones de este departamento es muy variada. La fracción más importante del fondo está constituida por colecciones de particulares de reconocido prestigio, muestras obtenidas por técnicos del Museo, así como legados de proyectos de investigación. El núcleo principal de la colección de moluscos, la más importante del departamento, se ha formado a partir de investigaciones propias y de la incorporación de colecciones reunidas por científicos y naturalistas. El periodo más destacado por el número de muestras ingresadas en el Museo corresponde a la actividad de la denominada escuela catalana de malacología durante la primera mitad del siglo XX.

En el ámbito institucional puede destacarse la donación efectuada por la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, así como la de la Estación Zoológica de Nápoles (Italia) o la de la Estación de Biología Marítima de Santander (actualmente Museo Marítimo del Cantábrico). En el Museo también está depositado material de estudio correspondiente a tesis doctorales sobre cnidarios (corales y medusas) y esponjas.

En la actualidad, el crecimiento del fondo es producto, en primer lugar, de recolecciones asociadas a proyectos de investigación propios del departamento, aunque también se producen ingresos procedentes de donaciones de otros investigadores así como de naturalistas que han reunido colecciones científicamente documentadas.

En ocasiones, también se depositan en el Museo materiales procedentes de actuaciones policiales, intervenidos en aplicación de la legislación medioambiental.

Las muestras  de invertebrados no artrópodos recolectadas suelen necesitar poca manipulación para transformarlas en muestras de estudio. La falta de un esqueleto externo, como el que poseen los artrópodos, o de una epidermis con queratina, propia de los vertebrados, impide emplear procedimientos de preservación basados en la conservación de la apariencia externa en seco.

La profusión de colecciones de organismos acuáticos o de cuerpo blando invoca una extendida práctica en este Departamento a favor de la preservación en fluidos como el alcohol. Las excepciones más notables las constituyen las conchas de moluscos, terrestres o acuáticos, o los exoesqueletos de corales y braquiópodos.

El dominio de los líquidos conservantes obliga a asegurarse de la máxima estabilidad de las condiciones de consulta de los ejemplares preservados. Un permanente cuidado en la inspección de las condiciones de conservación debe controlar evaporaciones súbitas, alteraciones de pH, pérdida de densidad de las soluciones en alcohol, etc. Garantizar el uso científico y divulgativo de las colecciones, hoy y mañana, conduce a los profesionales de la conservación a un objetivo de vigilancia continuada de los materiales y las condiciones de preservación en las que se mantienen las muestras.

La vigencia del compromiso con las colecciones es universal en todos los departamentos de colecciones, pero en el caso de las muestras de fílums que no son ni cordados ni artrópodos el balance se invierte: menos atención a la preparación inicial de las muestras a cambio de muchas más prevenciones acerca de qué líquidos son los idóneos en cada caso y cómo se garantizan rendimientos de preservación y consulta a largo plazo.  Además, hay que prever la preservación de preparaciones para microscopía óptica o electrónica, secciones histológicas y fotografías asociadas, etc.