¿Cómo es el Terrado Vivo del Museo?
Superficie total de la cubierta 14.000 m2, Terrado Vivo 7.100 m2

Vista aérea de la cubierta verde del Museo. Imagen de Pere Vivas/MCNB
Las características y situación del edificio condicionan los tipos de plantas de las cubiertas verdes. El Terrado tiene una limitación de peso, el mar está cerca y a menudo sopla el viento. Para no sobrepasar el peso establecido, se han escogido plantas herbáceas que necesitan poco grosor de tierra, evitando árboles o vegetación pesada.
El Terrado Vivo tiene flora adaptada a las condiciones ambientales del Mediterráneo y en concreto, de Barcelona y a la cercanía del mar.
La cubierta del Museo es un laboratorio natural donde se pueden realizar investigaciones sobre diferentes ámbitos de la ciencia. Por sus características, se pueden llevar a cabo proyectos sobre la fauna, la calidad del agua o el cambio climático, en un entorno controlado.
Estos proyectos los desarrollan los equipos científicos del Museo en colaboración con otros centros de investigación y universidades.
¿Qué hay en el Terrado Vivo?
1. Mesocosmos
Para entender cómo responden los ecosistemas a los cambios ambientales, es necesario someterlos a las mismas presiones que sufrirán en el mundo real.
Un buen indicador es el microbioma del suelo. Para hacerlo de forma controlada, utilizamos los mesocosmos: pequeños invernaderos con forma de cúpula hexagonal, abiertos por la parte superior. Estas estructuras mantienen la temperatura interior 2 °C más alta que la exterior, para simular los efectos previstos del cambio climático. Estudiamos cómo cambian las comunidades microbianas dentro y fuera de los mesocosmos para identificar señales de alerta. Así, podemos anticipar posibles puntos de no retorno y entender mejor los límites ecológicos antes de que los cambios sean irreversibles. Esto nos permite ver que pequeñas variaciones provocan grandes cambios en el funcionamiento de los ecosistemas.

Mesocosmos. Imagen de Cristina Serradell/MCNB
Mesocosmos es un proyecto impulsado por el Laboratorio de Sistemas Complejos (Universitat Pompeu Fabra), el Laboratorio de Tierras Áridas y Cambio Global (Universidad de Alicante), el Museu de Ciències Naturals de Barcelona, y es una de las propuestas ganadoras de la convocatoria de subvenciones para la investigación y la innovación impulsada por el Ayuntamiento de Barcelona y la Fundación ”la Caixa”.
2. Prados mediterráneos de plantas anuales, que sobreviven al calor del verano en forma de semillas cuando la planta se seca o de bulbos bajo tierra, esperando mejores condiciones para volver a brotar. Son plantas adaptadas a la cercanía del mar. Aportan beneficios para el entorno de la ciudad, para el edificio y para la salud de las personas.

Prats mediterrains Terrat Viu. Imatge de Cristina Serradell/MCNB
3. Balsas de agua dulce, con plantas que se adaptan a las condiciones del agua y el clima de Barcelona. En las balsas viven muchos animales microscópicos que se alimentan de las algas del plancton y que son el alimento de otros animales más grandes. Las balsas muestran, así, ambientes de agua dulce, ricos en vida.
4. El hotel de insectos y las plantas melíferas, que atraen insectos polinizadores, ayudan a conservar las abejas y avispas solitarias, esenciales para mantener el equilibrio de los ecosistemas naturales.
5. El jardín de las mediterráneas del mundo es una pequeña muestra de las plantas del Jardín Botánico de Barcelona dedicado a la flora mediterránea mundial, ya que, además de la región mediterránea, este tipo de clima es característico de algunas zonas de Chile, Australia, California y Sudáfrica.

Imagen de Clara González/MCNB
Información práctica
De octubre a febrero:
Fines de semana y festivos, de 11h a 15h.
De marzo a setiembre:
Sábados de 11h a 15h.
Domingos y festivos, de 11h a 15h.
Domingos tarde (puertas abiertas), de 16h a 20h.
El precio està incluído en la entrada general del Museo.
