Su epíteto específico ferox proviene del griego y significa feroz, en alusión a las hojas espinosas y afiladas que posee esta especie.
Los áloes tienen la virtud de conservar el agua de lluvia en el interior de las hojas, lo que les permite sobrevivir durante largos periodos de tiempo en condiciones de sequía. Gracias a esta característica, la pulpa de las hojas del áloe se ha utilizado tradicionalmente para curar enfermedades de la piel, heridas, quemaduras y como componente hidratante.